Espanyol y Deportivo cierran la línea de pase a Banega, obligando a los centrales a sacar el esférico sin éxito.
PAU FUSTER - Al Valencia le ahogan en la línea medular y no sabe qué hacer, falta creación. Espanyol y Deportivo se han presentado en el estadio de Mestalla con la lección bien aprendida viendo su apuesta sobre el césped; presionan a la defensa para impedir una salida fluida del balón, taponan la línea de pase a Banega obligando a que sean los centrales los que asuman la responsabilidad de subir el balón al ataque, sufriendo y decantándose mayoritariamente por el balón en largo. Ni Dealbert ni Maduro están concebidos para salir jugando el balón si sus compañeros están presionados.
Y por eso, cuando el engranaje del rival funciona, Villa acaba desesperado porque no recibe balones en condiciones, el peligro de Mata se reduce al participar menos de lo habitual y el juego se inclina obligatoriamente hacia el lado derecho de Joaquín, con unas virtudes en su juego distintas a las que ofrecen el trío de los bajitos compuesto por Mata, Silva y Pablo. Falta fluidez en el juego, ya que el Pisha prioriza el uno contra uno con el balón en los pies, sin la circulación rápida al primer toque que ofrecen el resto y es más difícil de frenar por el rival.
Sin esta fórmula de juego, los adversarios que tienen una defensa seria y bien ordenada se presentan en Mestalla más cómodos; a Pochettino le sobró el tiempo de prolongación para llevarse el punto que perseguía pero Lotina ha logrado encarrilar la eliminatoria de Copa con el 1-2. Emery debe buscar una solución, el regreso de Silva tras un mes lesionado va a darle más presencia al ataque valencianista y el grupo coincide en que «hará mejor a todos», a lo que se añade la incorporación del Chori Domínguez. Se necesitan alternativas, de no ser así, el Valencia se ahoga.
Ha dejado de combinarse tanto y Banega no está fino en la creación, abusando de sus pases horizontales, en ocasiones fallidos. No se encontró cómodo el argentino, como tampoco los centrales Maduro y Dealbert cuando debían sacar el balón, en muchas ocasiones espesos tanto en labores ofensivas como defensivas. Cuando entró al campo Manuel Fernandes lo intentó, pero en ocasiones también se recreaba bastante con el balón pegado a sus pies e inconscientemente también volcó el juego a la banda derecha donde Miguel y Joaquín intentaron buscar espacios libres.
Lotina fue inteligente cuando suplió al agotado Filipe Luis, colocando al experimentado Manuel Pablo a pierna cambiada para frenar al Pisha. Era la única alternativa de peligro que ofrecía el Valencia, pero se taponó y la salida de Silva maquilló un marcador que se puede remontar en Riazor, pero el equipo debe mostrar una versión muy distinta a la de Mestalla, donde se ahogan y salvo que se produzca una individualidad es difícil abrir las defensas bien ordenadas atrás, como han sido las del Espanyol y Deportivo.
FOTO DE UNAI EMERY - AUTOR: F. CALABUIG.
FUENTE - WEB DE SUPERDEPORTE.ES